Lo que has oído es verdad: tu piel depende de él.
¿Recuerdas cuando no sabías nada del colágeno en la piel. Probablemente tendrías 20 años y tu producción de colágeno era tan alta (un 75%* más de lo que será con la edad) que no tenías ni que pensar en ello. Oías mencionar vagamente la palabra «colágeno», sabías que era una proteína, sabías que estaba de algún modo relacionada con la estructura de tu piel.
La realidad es que, como con muchas otras cosas, solamente le damos importancia cuando empezamos a ver los efectos de su ausencia. Cuando tu piel comienza a mostrar signos de la edad es importante entender qué es el colágeno, qué hace y que es posible mantenerlo gracias a la dermatología.
El colágeno es la principal proteína del cuerpo.
Está en todas partes. En los huesos, en el estómago, en los dientes, en los músculos. En todas partes. Y el cuerpo lo genera cada día. Pero su producción se ralentiza con la edad.
El colágeno y el agua forman la mayor parte de la piel.
El colágeno también es la principal proteína del cuerpo. Él solo constituye entre el 80% y el 90% del peso seco de la piel cuando se excluye el agua. Se parece a una triple hélice, es decir, una estructura en espiral compuesta por tres cadenas de una centena de aminoácidos aproximadamente.
El colágeno da firmeza a nuestra piel.
Pero, ¿para qué sirve el colágeno? Igual que el cuerpo lo utiliza para crear músculo, el colágeno aporta a nuestra piel la elasticidad y la firmeza con que nació. Procedente de la palabra griega kólla, que significa «pegamento», el colágeno tipo I y tipo III se fijan en la dermis, como un cojín conector.
Está compuesto por fibroblastos, células de la dermis, la segunda capa de la piel, responsable también de secretar elastina. Y junto a la elastina y otras proteínas llamadas glicoproteínas, el colágeno forma parte de la denominada «matriz extracelular». Se trata de la red que estructura la propia piel, como un músculo, y le atribuye sus propiedades físicas reales, como la tonicidad, la elasticidad y la firmeza.
La piel pierde colágeno a un ritmo del 1% al año**.
A partir de los 25 años y la treintena, la piel pierde aproximadamente un 1% de colágeno al año. Los fibroblastos reducen la síntesis de colágeno, lo que provoca falta de elasticidad, firmeza y flexibilidad. Por tanto, entre hoy y el próximo Mundial de fútbol, en 2022, la pérdida de colágeno que sufriremos cada uno de nosotros será de un el 4%. Por este motivo, cuando llegamos a los 80 años, nuestra piel produce un 75% menos de colágeno que cuando teníamos 20.
El colágeno disminuye todavía más rápido según nuestra vida.
¿Por qué el 75% y no el 60% (1% x 60 años), te preguntarás? Bien, la pérdida de colágeno anual del 1% es en realidad la cantidad mínima. La reducción de colágeno puede acelerarse por el fotoenvejecimiento, la contaminación, el tabaco y la alimentación. Los radicales libres asociados y la glicación (proceso biológico en el que las moléculas de azúcar se adhieren al colágeno) pueden causar estragos y hacer que las fibras de colágeno existentes se endurezcan y fusionen entre sí. Además, los rayos UV estimulan las enzimas que descomponen el colágeno (MMP). También con la edad, el tamaño del colágeno, generalmente una proteína grande, disminuye. Como cabría esperar, dado su importante papel en la sujeción, esta degradación de colágeno se refleja en la piel, aumentando su rigidez y reduciendo su flexibilidad.
Podemos compensar la pérdida de colágeno
* Decreased Collagen Production in Chronologically – Aged Skin – Roles of Age-Dependent Alteration in Fibroblast Function and Defective Mechanical Stimulation – James Varan
** The influence of age and sex in skin thickness, skin collagen and density – Sam Shuster & al